También conocidas como perlas de agua dulce, poseen diferentes tonos, formas y brillos, pueden tener matices de dorados, rosados, naranjas, morados y blancos. Se producen dentro del tejido blando de un molusco y se forman cuando un cuerpo extraño se introduce al interior del molusco y lentamente se forman partículas de carbonato de calcio y conchiolina, formando la sustancia conocida como nácar (madre perla). El nácar en diferentes capas acaban formando la perla en variedad de tamaños y tonalidades.